guisantes ecológicos

Guisante. Aprovecha para reducir tu consumo de carne

Desde tiempos remotos, los guisantes ocupan un lugar destacado en la dieta mediterránea por sus cualidades nutricionales. Aportan proteínas de alta calidad combinadas con minerales, vitaminas y fibra. Incluirlos en nuestra alimentación nos permite avanzar en una dieta más saludable y equilibrada si, a su vez, reducimos el peso de la proteína animal.

El guisante (Pisum Sativum) es una planta herbácea de la familia de las leguminosas, aunque si se consumen frescos se asemejan más a las hortalizas que a las legumbres.

Los guisantes tienen su origen silvestre en Oriente (Birmania y Tailandia) hace más de 10.000 años y se cultivaban en esa zona en el octavo milenio a. C.. Este cultivo se extiende hacia occidente hasta alcanzar India y Europa hace más de cuatro mil años. Tanto los griegos como posteriormente los romanos, lo cultivaban y consumían seco en forma de puré. Por eso lo denominaron «pisón» en griego y «pisum» en latín, significa machacar o aplastar. Hasta finales de la Edad Media no tenemos evidencias de que los guisantes se comiesen frescos, si bien, sólo como alimento reservado a las clases altas.

7 Razones saludables para comer guisantes

Los guisantes, por su compendio nutritivo (carbohidratos, proteína vegetal, fibra, oligosacáridos, variedad de vitaminas, minerales y antioxidantes) equilibran la dieta y, por tanto, deben ser incluidos con regularidad en nuestros menús mientras dure su temporada fresca, o secos a lo largo del año.

1. Salud para el corazón. Como todas las legumbres y, a diferencia de la proteína animal, son beneficiosos para la circulación porque impiden la formación de placas en las arterias causantes de la arterosclerosis. Los guisantes, además, poseen propiedades hipercolesterolémicas -disminuyendo el «colesterol malo» en la sangre- y vasodilatadoras. El ácido fólico que contienen ayuda a prevenir las enfermedades coronarias.

2. Equilibrio de azúcar en sangre. El guisante, como otras leguminosas, gradúa la introducción de glucosa en la sangre. De esta forma mantiene los niveles de azúcar requiriendo poca insulina de nuestro páncreas. Sus múltiples componentes antiglucémicos lo hacen recomendable para personas diabéticas: ácidos ascórbico y salicílico, minerales como el cromo y el manganeso y fibras como la pectina y la niacina.

3. Revitaliza el organismo. La riqueza en proteínas, ácidos nucleicos y riboflavina o vitamina B2, convierte al guisante en un remedio natural frente al envejecimiento de las células. Cabello, piel, uñas y fuerzo muscular notarán la vitalidad que aporta introducir en la dieta alimentos ricos en estos nutrientes.

4. Mejor salud ósea. La función constructiva llega de la mano de los minerales presentes en los guisantes: hierro -necesario para la prevención de la anemia-, calcio y fósforo, ambos imprescindibles para la formación de los huesos y para prevenir enfermedades como la osteoporosis.

5. Favorece el tránsito intestinal. La fibra insoluble presente en esta legumbre aumenta el peristaltismo intestinal favoreciendo la expulsión de las heces y previniendo el estreñimiento. Esta fibra impide la sedimentación en las paredes del colon de sustancias potencialmente cancerígenas, por lo que ayuda a prevenir el cáncer de colon. La fibra soluble se combina con agua y se transforma en un gel que dificulta la absorción de colesterol, grasas y azúcar en la sangre. La combinación de nutrientes antioxidantes y anti-inflamatorios favorece el funcionamiento del intestino, sobre todo gracias a un tipo de polifenol llamado coumestrol.

6. Combate la anemia primaveral. Los nutrientes antianémicos presentes en los guisantes verdes (como en otras verduras verdes de temporada), son hierro, folatos y clorofila. Una ración de guisantes frescos a la semana durante su temporada, combate el cansancio físico y debilidad típicos de estados anémicos asociados a esta etapa del año.

7. Mejor estado de ánimo. El alto contenido en vitaminas del complejo B, contribuye a mantener el sistema nervioso en buen estado. Los guisantes son muy ricos en vitamina B3 o niacina y en vitamina B1 o tiamina, que coordina la nutrición de glucosa en el sistema nervioso. También contiene muchos folatos que el organismo transforma en ácido fólico (vitamina B9) y cuya carencia desencadena estados depresivos y de mal humor.

¿A QUÉ ESPERAS?

Sustituye proteína animal industrial, atiborrada de antibióticos y transgénicos, por proteína vegetal de alta calidad y más barata. El guisante es rico en legumina, proteína vegetal que cumple las funciones de desarrollo y renovación de las células. Aporta magnesio, mineral necesario para la síntesis de las proteínas. Un plato de guisantes con arroz integral es un plato completo y equilibrado que proporciona proteínas similares a la de una ración de carne. El cereal complementa los aminoácidos esenciales ausentes en la legumbre, sin las desventajas de la carne: exceso de grasa saturada, colesterol y restos de antibióticos y otros medicamentos presentes en la dieta de los animales de las granjas industriales alimentados con transgénicos. Para asimilar el hierro, recomendamos tomar, 15 minutos antes, una fruta rica en vitamina C.

Guisantes en nuestra dieta

La introducción de guisantes y y todo tipo de legumbres constituye uno de los alimentos base de la dieta mediterránea, junto con los cereales, las verduras y las frutas. La combinación de todos ellos aporta los nutrientes necesarios para una alimentación equilibrada y saludable.

Se pueden consumir frescos, germinados o secos. Si se consumen tiernos, tienen un valor calórico menor, porque la cantidad de agua es más elevada. Cuando se consumen tiernos o germinados tienen más cantidad de vitamina C. El guisante seco tiene una composición nutricional parecida, aunque con mayor aporte de proteínas, porque ha convertido parte de los azúcares en almidón. Por eso los guisantes frescos saben más dulces.

Los guisantes puedes consumirlos secos en otoño e invierno de múltiples formas: ensaladas, cremas o purés, hummus o a la vinagreta. En primavera hay que aprovechar para comerlos frescos. Su temporada dura poco.

Frescas o secas, acompaña tus platos de legumbres con condimentos carminativos: comino, azafrán o hinojo, que eliminan las flatulencias y neutralizan la acidificación de las legumbres haciendo nuestra alimentación más alcalina, lo que ayudará a su mejor su asimilación.

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