Albahaca

De aroma dulce y mentolado, acompañante especial de ensaladas de tomate, componente insustituible del pesto, la albahaca es una hierba aromática muy apreciada en el Mediterráneo, pero también denostada por atribuciones simbólicas negativas.

Su nombre científico es Ocimum basilicum L. y pertenece a la familia de las labiadas, como el orégano, la menta, el romero o el tomillo. Del género Ocimum encontramos 35 especies de estas plantas herbáceas, aromáticas anuales y perennes. Su cultivo es sencillo y no resiste las heladas. Una de las variedades es nuestra albahaca común.

 

Condimento, medicina y religión

Es una planta cultivada en Asia, principalmente en la India, desde hace 5000 años e introducida en Europa por los griegos clásicos que le atribuían la propiedad de causar odio o desgracia; el símbolo de la pobreza lo representaban con un pobre portando albahaca, pero era una planta propia de la nobleza. Los egipcios la usaban como componente para la momificación. Los utilitaristas y supersticiosos romanos machacaban sus hojas para aromatizar sus sofisticados platos, al tiempo que un ramito de albahaca era la alegoría de los enamorados. En la India es la planta dedicada a los dioses Krishna y Vishnu para proteger los hogares. La tradición hinduista establece que cuando morimos hay que llevar una hoja de albahaca en el pecho porque es la que permite la entrada en el paraíso. Curiosamente, las leyendas africanas le atribuyen la sanación de la picadura de los escorpiones.

En la albahaca confluyen dos simbologías occidentales en pugna. Por un lado evoca la realeza (“Basilicum” en griego significa real), por otra la del Basilisco (“pequeño rey”), esa criatura mitológica con forma de pequeña serpiente llena de veneno letal que mataba con su mirada, destruía la flora del entorno con sus exhalaciones en el aire y envenenaba las aguas. Si somos lo que comemos, en la albahaca confluye la fuerte tensión entre la rápida penetración en nuestro organismo de sus componentes esenciales -como el veneno- al tiempo que repele lo que se opone a la vida. Porque la albahaca no ha dejado de utilizarse nunca como medicina y como elemento ritual. Esta dualidad queda bien reflejada en el orbe cristiano de occidente, donde tanto representa al diablo, como ahuyenta a las brujas o atrae el “mal de ojo”.

A nivel terapéutico, es utilizada por tradición para calmar problemas nerviosos como la depresión, el reumatismo o el dolor de cabeza. La medicina tradicional china la usa para aliviar el dolor de estómago y regular el flujo sanguíneo antes y después del parto. Tanto en América, Asia y Europa se emplea su aceite esencial por sus propiedades vermífugas, fungicidas, nematicidas e insecticidas.

 

Propiedades de la albahaca

Es muy rica en aceites esenciales. Contiene estragol (55%) y el resto son, entre otros, eugenol, linalol, acetato de linalio, cineol, borneol, ocimeno, geraniol, anetol, pireno y alcanfor. Tiene un 4% de taninos.

Posee propiedades medicinales diferenciadas. Para uso interno la albahaca es digestiva, útil en infusión para trastornos como la gastritis, hernia de hiato y flatos. 15 g. de albahaca en un litro de agua en infusión tomada a dosis regulares reduce la sensación de vómitos. Refuerza el sistema nervioso y tranquiliza sus reflejos adversos en el estómago. Para uso externo, una buena infusión de albahaca sirve para aliviar inflamaciones bucales (llagas, mal aliento) Una infusión de sus flores secas en un baño tibio alivia la tensión nerviosa.

Tener plantas de albahaca en las ventanas en verano nos libra de los mosquitos porque los ahuyenta.

Sus hojas trituradas (secas o frescas) sazonan multitud de platos: ensaladas, pastas, estofados, guisos, sopas, condimento del arroz, carnes blancas y pescados.

 

La albahaca en La Garbancita

Tenemos albahaca fresca y seca de productores ecológicos.