Mijo: el cereal más completo
Los vegetales más imprescindibles para el sustento humano son los cereales. El mijo es uno de los cereales más completos que nos ha dado la naturaleza, es sabroso por su dulce sabor y muy agradable al paladar. Quien haya comido mijo, acostumbrado al sabor del trigo o la cebada, sabe de lo que estamos hablando.
Cereal básico de los continentes africano y asiático
El mijo fue quizá uno de los primeros cereales consumidos por muy diferentes grupos humanos en diversas zonas del mundo, principalmente en las actuales zonas tropicales semiáridas de África y Asia. Hemos encontrado restos de semillas de mijo en sociedades no productoras (con prácticas de recolección) y en sociedades productoras complejas, como en China. Sin embargo las culturas originarias del occidental europeo situaron al mijo como ¡alimento para las aves!
El mijo es actualmente la principal fuente de energía, proteínas, vitaminas y minerales para millones de personas en lo que desde Europa y los EE.UU. hemos denominado “países empobrecidos” porque crece allí donde el cultivo de otros cereales se dan mal por las condiciones del suelo, sin caer en la cuenta de que, independientemente de las condiciones ecológicas y socio-culturales, el mijo es un excelente alimento para la nutrición humana.
Un cereal sin gluten y el único alcalinizante
Comer mijo implica tener un aporte importante para nuestro organismo de hidratos de carbono complejos, proteínas, vitaminas y minerales.
Los carbohidratos del mijo nos proporcionan la energía necesaria para realizar nuestras actividades cotidianas y extras. Su absorción es lenta, con lo cual evitamos las subidas de glucosa en sangre. Recomendable para l@s diabétic@s. Además es ideal para quienes no asimilen el gluten porque el mijo no lo contiene. Debiera ser alimento básico para los celíacos. En conclusión: es un cereal fácilmente asimilable por nuestro organismo. Si consumes mijo, olvídate de las malas digestiones y de las intolerancias a otros cereales.
El mijo es más rico en grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas que el arroz: es más cardiosaludable. Aporta, además, ácido linoleico, linolénico y lecitina imprescindibles para el buen funcionamiento del sistema nervioso, estados de decaimiento, depresión, estrés, pérdida de memoria, cansancio y esfuerzos intelectuales.
Es el cereal más rico en fibra que consumimos. Actúa como regulador del tránsito intestinal y como prebiótico, es decir, recomendable tanto para las diarreas como para el estreñimiento.
Es rico en fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc, cobre, calcio, selenio y yodo. Respecto a las vitaminas, contiene B1, B2, B6, B9 y bajo en vitamina E.
Vistas en su conjunto todas las propiedades nutricionales que tiene el mijo, su ingesta es recomendable, además de lo ya descrito, para:
- Personas que padezcan gota o elevado ácido úrico.
- Quienes se vean afectados por fibromialgia.
- Para el mantenimiento del sistema inmunológico.
- Problemas en el embarazo, inflamatorios nerviosos y alcoholismo.
- Para mujeres en periodo de embarazo y lactancia.
- Para reforzar la salud de nuestro cabello y uñas.
El mijo no contiene vitamina A, C y D. Para completar su ingesta, deberemos consumir alimentos que sí contengan estas vitaminas.
Los granos de mijo, como otros cereales, no deben ser consumidos crudos por diversos factores. Uno de ellos es que contienen sustancias que pueden resultar tóxicas y deben ser destruidas por el calor. El mijo, cocido adecuadamente, es la mar de saludable.
Por último, destacar que el mijo es un cereal alcalinizante para el organismo, al contrario de otros cereales, con lo cual equilibra nuestro PH y ayuda a compensar los efectos de una dieta excesivamente ácida.
Si padeces problemas digestivos (acidez, úlceras, gases, estreñimiento) pasarte al mijo puede ser la mar de terapéutico.
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