Químicos, salud y embarazo

Sabemos que el constante contac­to con productos químicos en nuestra vida cotidiana puede ser lesivo para la salud porque contienen sustancias que afectan al sistema neurológico, endocrino, reproductivo y respirato­rio. En personas cuyo nivel de tole­rancia es menor aparecen, cada vez con más frecuencia, dolencias como la fatiga crónica, el Síndrome Quí­mico Múltiple y otras enfermedades autoinmunes. Afectan, sobre todo, a mujeres expuestas profesional­mente a estos contaminantes: agri­cultoras, limpiadoras, peluqueras, trabajador@s de la sanidad y de la in­dustria química y farmacéutica. Está documentado científicamente que las madres -y los padres- expuest@s a productos químicos en su ambiente de trabajo tienen más riesgo de con­cebir hijos e hijas con malformaciones genéticas, abortos, cánceres o daños neurológicos. Porque, aunque se tra­te de bajas concentraciones, el em­brión es mucho más vulnerable.

Aunque existen recomendaciones para alejar a las mujeres gestantes de condi­ciones laborales peligrosas, no prestamos atención al entorno doméstico. En casa tenemos detergentes, limpiadores, lejías, disolventes, insecticidas y ambientado­res. Si tenemos jardín, la lista se amplía a abonos e insecticidas químicos. Usamos productos químicos para lavar la ropa, lim­piar las alfombras y nuestro aseo personal, incluyendo perfumes y cosmética. Todos estos productos contienen tóxicos que se introducen en nuestro organismo a través de la respiración y de la piel.

Una mujer embarazada está expuesta, en su propia casa, a multitud de sustancias peligrosas para la salud del feto. Esta ex­posición puede causar aborto, nacimiento prematuro o malformaciones fetales. El daño puede ser inmediato o aparecer años después: cánceres infantiles o daños neu­rológicos, cánceres y enfermedades car­diovasculares en la edad adulta.

Miquel Porta, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universi­dad Autónoma de Barcelona afirma que, normalmente, una persona que vive en países industrializados acumula entre 40 y 70 contaminantes químicos. Un estudio de la Universidad de California que bus­caba 163 contaminantes químicos en mu­jeres embarazadas encontró, en el 99% de ellas, bifenilos policlorados, pesticidas organoclorados, compuestos perfluora­dos, retardantes de llama, ftalatos, feno­les, hidrocarburos aromáticos policíclicos (derivados del petróleo) y perclorato. Los niveles eran semejantes a los que se con­sideran responsables de ciertos problemas de salud: niveles de ftalatos asociados con feminización en varones, niveles de mer­curio o retardantes de llama asociados con problemas de desarrollo neurológico. Se comprobó también la presencia de di­versos contaminantes -como perclorato, PCBs, PBDEs y triclosan- que pueden afec­tar a las hormonas tiroideas, o diversos tipos de ftalatos que afectan al desarrollo del aparato reproductor masculino-. Al en­contrarse juntos, su efecto resulta acumu­lativo y el peligro aumenta.

Muchas sustancias químicas presentes en los productos habituales de cualquier hogar suponen un riesgo para una mujer embarazada. Este daño, denominado fetotoxicidad, puede causar aborto, malformaciones congénitas, parto prematuro, bajo peso del bebé al nacer, trastornos en el desarrollo de su cerebro o de su aparato reproductor. Pero también cáncer infantil por los pesticidas asociados a leucemia, linfoma no-Hodking o déficit de desarrollo mental. Sin embargo, las autoridades sanitarias no los prohíben ni obligan a la industria a advertir de este peligro. Amparados en el secreto industrial, muchos componentes no aparecen en la etiqueta, lo que dificulta identificar la causa para exigir responsabilidades.

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, colaboradora en la “Guía para la prevención de riesgos laborales de trabajadoras en situación de embarazo”, constata una gran ignorancia de las mu­jeres acerca de los riesgos químicos. Esta ignorancia tiene que ver con la protección de los gobiernos a los intereses de la in­dustria química, a costa de la protección a la salud de las personas, las madres ges­tantes y la infancia.

Por encima de las legislaciones protec­toras de la salud y los derechos de los con­sumidores, priman los intereses comer­ciales de las multinacionales químicas, gran parte de ellas europeas. El principio de precaución exige probar la inocuidad de una sustancia para salir al mercado, o retirar los productos que contienen sus­tancias que han demostrado daños sobre la salud. Sin embargo, las multinacionales -con sus científicos, abogados y perio­distas a sueldo- consiguen prolongar la comercialización de productos que con­tienen sustancias de toxicidad probada hasta que se produce un escándalo o en­cuentran una formulación química más benigna. Con las negociaciones abiertas entre EEUU y la UE para llegar a un acuer­do de libre comercio, retrocederá aún más la capacidad de los gobiernos para prote­ger la salud de los ciudadanos. (Ver, en Tachai 42, pág 24, “Acuerdo de Libre Co­mercio entre EE.UU. y la Unión Europea”).

Catálogo de sustancias asociadas con daños durante el embarazo:

  • Parto prematuro: benceno, DDT/DDE, óxido de etileno, plomo, hollín, ftalatos, di (2-etihexil) ftalato (DEHP), herbicidas fe­noxiacéticos…
  • Bajo peso al nacer / pequeño para la edad gestacional / retraso en el crecimien­to intra-uterino: 1,1-dichloroetano, arséni­co, subproductos de la cloración, plomo, mercurio, pesticidas organoclorados, or­ganofosforados, PCBs, disolventes, to­lueno, trihalometanos, dioxinas, óxido de etileno, compuestos perfluorados, tetra­cloroetileno, tricloroetileno…
  • Fetoxicidad: formaldehído, disolven­tes, éteres de glicol basados en el etileno, tricloroetileno, tetracloroetileno, tolueno, xileno, óxido de etileno, 1,1,1-tricloroeta­no, arsénico, bisphenol A, subproductos de la cloración de las aguas, trihalometanos, cloroformo, dibromocloropropano, fun­gicidas, plomo, mercurio, cloruro de me­tileno, triazinas, hollín… Con una base de evidencia algo más limitada: acrilamida, antimonio, cadmio, tetracloruro de carbo­no, dioxinas, campos electromagnéticos, PCBs, pentaclorofenol, ftalatos…
  • Malformaciones congénitas: disolven­tes, éteres de glicol basados en el etileno, mercurio, radiación ionizante, arsénico, bisfenol A, óxido de etileno, pesticidas, cloruro de vinilo…
  • Malformaciones cardiacas congénitas: disolventes, tricloroetileno, 1, 2 tricloroe­tano, éteres de glicol basados en el etileno, atrazina, benceno, subproductos de la clo­ración, trihalometanos, aceites minerales, insecticidas…< /p>
  • Malformaciones del aparato reproduc­tor: di (2-etilhexil) ftalato, pesticidas, arsé­nico, atrazina, bencil butil ftalato, bisfenol A, cadmio, di butil ftalato, diisononil ftalato, dioxinas, éteres de glicol basados en el eti­leno, disolventes, tolueno, tricloroetileno…
  • Defectos del tubo neural / malforma­ciones del sistema nervioso central (como cataratas congénitas, anencefalia e hidro­cefalia): arsénico, subproductos de la clo­ración, mercurio, trihalometanos, bence­no, cadmio, éteres de glicol basados en el etileno, manganeso, disolventes, tolueno, tricloroetileno, cloruro de vinilo…
  • Malformaciones esqueléticas (acor­tamiento de extremidades, sindactilia, polidactilia): arsénico, 1,1-dicloroetano, atrazina, bromoxinil, clordecona, éteres de glicol basados en el etileno, óxido de etileno, manganeso, pesticidas…
  • Labio leporino y paladar hendido: 1,2-dichloroetano, cadmio, subproduc­tos de la cloración, trihalometanos, clo­roformo, disolventes, éteres de glicol basados en el etileno, tricloroetileno, pesticidas, dioxinas…

 

Teniendo en cuenta que muchos de los productos que usamos no declaran lo que contienen, lo mejor es evitar en lo posible el uso de productos químicos, particular­mente en nuestro hogar en el que pasamos tanto tiempo y aprovechar el embarazo para hacer limpieza de tóxicos en casa y pa­sarse a los productos de limpieza sin quími­cos y a la cosmética ecológica. Tu cuerpo, tus hij@s y la naturaleza te lo agradecerán.

Bibliografía

SSQM, el síndrome del miedo

Contaminantes cancerígenos en lechugas, tomates, pepinos y manzanas

El embarazo y los tóxicos en el hogar

Plaguicidas en la leche materna

Informe de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO): “Orientaciones para la valoración del riesgo laboral y la incapacidad temporal durante el embarazo”.

Productos químicos y cáncer de mama

Campaña por el reconocimiento de la Sensibilidad Química Múltiple