¿Que hace esa soja en tu mesa?

Argentina es el tercer exportador mundial de soja en grano y el primero en aceite y harina de soja. En 10 años, la soja ha eliminado cultivos y bosques llegando hasta el límite de los pueblos. La soja transgénica se extiende por diez provincias de Argentina ocupando 18 millones de hectáreas. Monsanto, líder mundial del agronegocio, vende a los agricultores las semillas y el herbicida “Round up”, a base de glifosato, que fumiga con avionetas o tractores. La única planta capaz de crecer en la tierra rociada con este herbicida es la soja transgénica, modificada genéticamente para resistir al glifosato.

Las avionetas fumigan sobre las viviendas saltándose las normativas. Las fumigadoras atraviesan las poblaciones chorreando herbicida. Los silos expanden partículas tóxicas cuando aventan el grano. Los camiones que transportan soja contaminan con partículas tóxicas las poblaciones a lo largo de las rutas hacia los puertos donde se embarca el grano.

Comunidades indígenas y movimientos campesinos de América Latina (Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil) denuncian los efectos sanitarios de los agrotóxicos empleados en los cultivos de soja. El glifosato produce malformaciones neuronales, intestinales y cardíacas, aun en dosis muy inferiores a las utilizadas en agricultura. Las autoridades han fomentando la expansión del cultivo de soja poniéndose del lado de los terratenientes sojeros.

La soja transgénica es la base alimentaria de una ganadería intensiva mundial que, además de proporcionar carne barata para el consumo en los países ricos, es la causa de las gripes aviares y porcinas y de su transmisión a los seres humanos. En Europa nadie habla de esto. Seguimos consumiendo soja, carne, leche y huevos de producción intensiva a base de soja transgénica. Las campañas contra los transgénicos se olvidan de la importación de soja. Desde La Garbancita Ecológica hacemos un llamamiento a apoyar al pueblo argentino. Reducir nuestro elevado consumo cárnico que sostiene la producción de soja transgénica. Luchar por la prohibición del glifosato y de los transgénicos exigiendo el cese de importación de soja transgénica por parte de la UE. Si no queremos transgénicos aquí, tampoco deberíamos querer transgénicos allí que, además, son responsables de un atentado contra la salud pública de las poblaciones circundantes con la pasividad del gobierno argentino.

Para más información, ver el documental completo: “Hambre de Soja”.