Seguridad y soberanía alimentaria en Somalia. ¿Quienes son los piratas?

No les des un pez, no les enseñes a pescar. No contamines sus mares.

Nuestras multinacionales químicas y petroleras hunden sin consideración sus residuos en el Océano Indico, al sur del Cuerno de África, frente a las costas de Somalia.

Nuestra flota pesquera envía sus barcos factoría a robar miles de toneladas de atún rojo y otras especies, procesándolas industrialmente para el mercado global. Privan al pueblo somalí de sus recursos alimentarios aprovechando la inexistencia de un estado fuerte en Somalia capaz de hacer respetar sus aguas territoriales.

Han sido los pescadores somalíes arruinados por este expolio, quienes, metidos a secuestradores de los barcos imperialistas, han impuesto una tregua biológica en la plataforma costera que, en poco más de un año ha regenerado parte de los bancos de pesca. Los pescadores que aún quedan vuelven a poder vivir de su trabajo y la población somalí a alimentarse de su propio pescado.

Los pescadores españoles del Alakrana, en lugar de hablar tan bien de sus empresarios, que les mandaron al saqueo y al peligro, deberían pensar más en sus hermanos somalíes, necesitados como ellos de trabajar y con todo el derecho –más que ellos porque estaban en su tierra- de alimentar a sus familias.

Las grandes empresas de pesca industrial, al igual que los bancos, descargan sobre los trabajadores las consecuencias de sus desmanes y exigen al Estado que les ayude a proseguir con sus tropelías.

No habrá coto para tantos excesos hasta que millones de consumidores tengamos conciencia y cultura alimentaria y nos neguemos a comprar alimentos globalizados cargados de injusticia, de violencia y de contaminación.