Nuestra forma jurídica es una cooperativa de consumidor@s sin ánimo de lucro a la que se han incorporado vari@s agricultor@s. En el desarrollo de nuestra actividad aparecen diferentes niveles de participación. L@s soci@s de pleno derecho ponen a disposición su fe, su compromiso y sus ahorros. Partiendo de la figura del consumidor/a, la participación, la educación alimentaria y la comunicación social, generan otros grados de implicación. L@s colaborador@s -miembros de la cooperativa mayoritarios respecto a los socios- pueden convertirse en soci@s de pleno derecho.
Las grandes empresas proclaman su “Responsabilidad Social Corporativa” (RSC) aparentando responsabilizarse de las consecuencias económicas, sociales y ambientales de su actividad mercantil. Sin embargo, utilizan la RSC para mejorar su imagen, ser más competitivas y aumentar sus beneficios, lo que tiene poco que ver con el respeto a las personas, la sociedad y la naturaleza.
Cuando la economía de mercado crece libremente desbordando leyes e instituciones, aparece la sociedad de mercado. La política de mercado crea las condiciones para transformar la economía de mercado en sociedad de mercado lo que, a su vez, requiere construir socialmente un individuo “protagonista” de la democracia de mercado.
La Responsabilidad Social forma parte de las señas de identidad de las empresas de Economía Social. Las cooperativas ocupan un lugar destacado por su compromiso con los principios de participación, horizontalidad, beneficio de l@s soci@s y transformación de las relaciones sociales.
Las cooperativas acreditan su Responsabilidad Social reinvirtiendo los beneficios en mejorar la calidad y el precio de los bienes y servicios ofrecidos a sus soci@s, crear empleo, mejorar las condiciones laborales, dedicar recursos a la investigación, el estudio y la elaboración, aumentar su comunicación social y su actividad educativa, mejorar infraestructuras y medios de trabajo, fomentar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y fomentar la colaboración de hombres y mujeres en los cuidados.
La Responsabilidad Social es difícil en un contexto que subordina la economía, la política y la vida al intercambio rentable y el interés individual. En las cooperativas, cada día hay que decidir quién manda: los jefes o el colectivo, la eficacia o la democracia, la manipulación o la deliberación, las normas o el consenso, el miedo o la libre voluntariedad, el cálculo individualista o el bien común, la indiferencia o la participación, la rutina o la innovación, la competitividad o la cooperación, el valor de cambio (precio) o el valor de uso (satisfacción de necesidades), las cosas o las personas, la cantidad o la calidad, la dependencia o la autogestión, el oportunismo o la lealtad, el poder constituido o el poder constituyente, el pragmatismo o los valores, la apología o la crítica.
No sabíamos que era imposible y lo estamos haciendo.