Remedios naturales para el catarro

Desde hace algunos años me suelo constipar en otoño. Los síntomas siempre son los mismos: molestias en la garganta que se pasan a las vías respiratorias altas y acaban bajando a los bronquios.

Cuando noto los primeros síntomas voy al médico y me receta antibióticos. Como no me hacen efecto, me receta otro antibiótico más fuerte, lo que a veces tampoco sirve para nada. Entonces -y muy a mi pesar- termino con dosis considerables de corticoides y ya sabemos lo que suponen estos tratamientos tan salvajes: bajada de las defensas y una recuperación muy larga hasta que empiezas a estar mejor.

Este año, con los mismos síntomas al comienzo y a pesar del antibiótico, he sufrido una tos continua día y noche que me ha extenuado. A los siete días de tomar los antibióticos, ya desesperada, me di cuenta de que la equivocada era yo.

El médico aplicaba mecánicamente la receta de la medicina que conviene, sobre todo, a las multinacionales farmacéuticas y yo no debía seguir esa rutina que cada vez me perjudicaba más.

Compañeras de la Cooperativa con conocimientos de medicina natural me recomendaron un sencillo tratamiento: Infusiones de Drosera (con efecto antiinflamatorio y antiespasmódico), harpagofito (antiinflamatorio y analgésico que estimula el sistema linfático y ayuda a la desintoxicación del organismo) y jenjibre (ayuda a la respiración y protege el estómago).

El resultado fue espectacular. Desde la primera infusión sentí un gran alivio. Tras el primer día (3 infusiones), la tos y el dolor habían desaparecido.

Quiero compartir esta experiencia que, para mí, ha sido importante. En lugar de un sufrimiento prolongado y una intoxicación de químicos, antibióticos y corticoides he recuperado la salud con medios naturales sanos, sostenibles y baratos. Desgraciadamente, los médicos parecen saber mucho de tratar enfermedades, pero poco de mantener la salud.