Acción directa contra el tabaco

El tabaquismo es una drogadicción, una enfermedad que, siendo individual, supone un problema de salud pública. Una persona fumadora ve reducida su capacidad para abandonar el hábito de fumar. El tabaco ocasiona daños orgánicos en quién lo consume, pero también económicos, sicológicos y sociales. Al fumar, el humo del tabaco llega a los alvéolos pulmonares que intercambian oxígeno por anhídrido carbónico en la sangre. Parte del humo que se inhala, se queda en el organismo repartiendo por el torrente sanguíneo cientos de sustancias tóxicas como nicotina, monóxido de carbono, alquitranes, etc.

Cada cigarrillo aumenta la frecuencia cardiaca, la presión sanguínea y el monóxido de carbono en la sangre. La reiteración de estas agresiones produce bronquitis crónica, cáncer de laringe, tráquea y pulmón, enfisema pulmonar, infartos y enfermedades coronarias y, en las mujeres embarazadas, alteraciones en el embarazo y el feto y complicaciones en el parto.

Los fumadores pasivos son las personas que, sin desearlo, se ven obligadas a inhalar el humo que producen las personas fumadoras. Esto constituye una injusticia y un abuso.

Los beneficios de dejar de fumar son muy importantes. En poco tiempo, mejora el estado general de salud, energía vital, capacidad respiratoria, percepción de sabores y olores y autoestima. La dependencia física dura solamente una semana. El resto es sicológico. Hemos anudado cada cigarrillo a muchos de nuestros hábitos y emociones. Ahora hay que hacer el camino a la inversa, desatando el tabaco de nuestros hábitos. Para dejar de fumar hay que desearlo. Hay dos caminos. El primero consiste en anotar los cigarrillos que fumamos y pasar a la mitad. La repetición de este mecanismo aproxima a la eliminación total del tabaco. El segundo consiste en dejarlo radicalmente. Escoge el que mejor se adapte a tu carácter.

Para ambos caminos es recomendable observar algunas normas:

1) cambiar los hábitos alimentarios relacionados con fumar (aprovechar para reducir la ingesta de café y alcohol que aumentan el deseo de fumar)

2) evitar los lugares y circunstancias que estimulen el deseo de fumar

3) Beber mucha agua, infusiones o zumos naturales de frutas

4) Aumentar la dosis de vitamina C, más necesaria en este trance para activar el sistema inmunológico. Aprovechar que han llegado las naranjas

5) Cuando se desee fumar un cigarrillo, pensar en una imagen negativa (la tos, el ahogo, el cáncer, etc.) durante 15 segundos

6) Hacer ejercicio, subir escaleras en lugar de coger el ascensor, hacer sentadillas, caminar todo lo que se pueda, nadar

7) Cuando acose el deseo de un cigarrillo, aspirar profundamente, mantener los pulmones llenos y dejar salir el aire lentamente. Con ello se realiza la mecánica de fumar pero con aire y no con humo de tabaco

8) Aprovechar circunstancias simbólicas para dejar de fumar. Por ejemplo: año nuevo vida nueva, por un  2010 sin tabaco

9) Procurar asociarse con una persona cercana para reforzarse mutuamente

10) ANIMO Y  ENHORABUENA

Por ti, por los tuyos, por todos. Dales caña a las multinacionales tabaqueras y a los gobiernos que consienten la matanza a cambio de enormes ingresos fiscales. ¡Deja de fumar!

GuardarGuardar