Alimentación industrial y cáncer

El cáncer es la principal causa de mortalidad entre la población adulta de los países “desarrollados”. A pesar de los gastos millonarios en fundaciones, investigaciones y publicaciones para combatirlo, cada año mata a millones de personas.

Está demostrado que el crecimiento del cáncer en las sociedades modernas se debe a la proliferación de sustancias producidas por la industria química y alimentaria. La incidencia del cáncer en los países “desarrollados” es de 406 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que en los países “subdesarrollados” es de 129, la cuarta parte, aunque en estos países la mortandad se produce por enfermedades vinculadas a la desnutrición.

Cada año, 10 millones de personas desarrollan un cáncer en el mundo y 7 millones mueren a causa de esta enfermedad. El problema no para de crecer. En América del Norte hay 10 millones de enfermos de cáncer y cada año 600.000 personas morirán por esta enfermedad (el equivalente a veinte atentados a las Torres Gemelas). El coste económico de los tratamientos a las personas enfermas de cáncer asciende a 180.000 millones de dólares al año (135.000 millones de euros ó 22,5 billones de pesetas).

Los poderes públicos deberían prohibir los anuncios de alimentos procesados que se presentan exclusivamente como aporte de energía y con una evidente manipulación publicitaria.  Un alimento es un producto que, consumido por la colectividad demuestra, tanto su inocuidad como sus beneficios para la salud. Todo lo que no responda a esta definición, no debería ser considerado alimento y por tanto, ser repudiado.  Sin embargo, ante la inseguridad alimentaria creciente, las instituciones del estado no protegen a la población sino a las multinacionales que se benefician de la industrialización, mercantilización y globalización de los alimentos, factores responsables de esta sorda y permanente matanza.

El origen del cáncer no es incontrolable. El 90% de la población identifica el tabaquismo como causa del cáncer y el 50% lo vincula con la dieta, aunque no considera que una buena dieta pueda evitar el cáncer.

Los factores incontrolables que producen cáncer son minoría, la herencia genética influye en el 15% de los casos y los rayos ultravioletas en el 2%. En total, los factores incontrolables suman el 17%. Sin embargo, los factores controlables socialmente suman el 83%: la alimentación el 30%, el tabaco el 30%, la obesidad y la falta de ejercicio el 5%, infecciones el 5%, el alcohol el 3%, contaminación ambiental el 2%, las drogas el 2% y otros factores.

La prevención del cáncer pasa -necesaria, aunque no únicamente- por la alimentación. La buena alimentación ataca a los tumores en miniatura aparentemente dormidos en nuestro cuerpo. Estas tumoraciones minúsculas están al acecho de las condiciones que les permitan avanzar al estadio de tumor maligno.

Existen alimentos con un gran poder anticancerígeno que reducen los vasos sanguíneos que rodean y alimentan al tumor. El consumo diario de frutas y verduras mantiene controlados estos pequeños tumores. Una dieta adecuada es el mejor tratamiento preventivo para el cáncer. No se trata de una medicina alternativa, sino preventiva y complementaria antes de llegar a la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia e, incluso si desgraciadamente hemos llegado a ellas.

 

Fuente: “Los Alimentos contra el Cáncer. Prevención y tratamiento”. Richard Béliveau y Denis Gingras. Editorial Integral.

GuardarGuardar

GuardarGuardar