Alimentación, consumo y salud

El bienestar humano y la salud de los ecosistemas interactúan a través de la microbiota del suelo, los alimentos fermentados y la flora intestinal. La tutela, garantía y prevención de la salud de las personas, la sociedad y la naturaleza depende de la producción agroecológica de alimentos que, a su vez, depende del consumo responsable y los circuitos cortos de distribución.

Comer no es lo mismo que alimentarse

Lo que comemos determina nuestra salud o enfermedad, inteligencia, recursos y oportunidades. En el actual modelo alimentario industrializado y globalizado cada vez es más difícil acceder a alimentos frescos, sanos, de temporada y cultivados en tierra fértil.

Nutrientes necesarios
  • Hidratos de Carbono (HC): 60-65% del alimento diario. Aportan energía para la actividad diaria.
  • Grasas, preferentemente insaturadas y poliinsaturadas: 30% del alimento diario. Ayudan al metabolismo y a asimilar vitaminas.
  • Proteínas: 15% del alimento diario. La mitad de origen vegetal. Ayudan a construir órganos y células.
  • Vitaminas. Para el correcto funcionamiento del organismo y protección de enfermedades.
  • Minerales, base para huesos, dientes y sangre. La mayor riqueza en vitaminas y minerales procede de frutas y verduras.
  • Fitonutrientes: antioxidantes, evitan la mutación tumoral, desintoxican de la contaminación, fortalecen el sistema inmune y protegen de enfermedades degenerativas. En frutas y verduras cultivadas al aire libre.
  • Agua. Hidratación de las células para su funcionamiento y eliminar desechos.
  • Fibra. Ayuda al movimiento peristáltico intestinal para evacuar y eliminar colesterol y tóxicos. Alimenta las bacterias fermentativas que protegen nuestro intestino mediante aceites que lubrifican el epitelio intestinal impidiendo que permeen sustancias tóxicas a la sangre.
Calidad de los alimentos

Cantidad y calidad de los nutrientes dependen de la fertilidad de la tierra, la forma en la que se han producido, el momento de su recolección y el tiempo que permanecen en cámara. No es lo mismo producir alimentos para alimentar personas de un territorio (agricultura campesina) que mercancías alimentarias rentables para el mercado mundial.

La dieta mediterránea es rica en frutas y verduras de temporada, pan y cereales integrales, legumbres, aceite de oliva, frutos secos y cantidades discretas de lácteos, pescado y carne. Ha sido desplazada por: a) alimentos y bebidas procesadas cargadas de azúcar, harinas refinadas, sal, carne, grasas trans, conservantes, colorantes y saborizantes. b) déficit en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos.

Nutrientes de baja calidad y alimentación enfermante
  • HC blancos y refinados sin salvado ni germen. No aportan vitaminas grupo B ni fibra, pero sí exceso de gluten. Calorías vacías que producen intolerancias y alergias.
  • Proteínas procedentes de ganadería con animales hacinados, encerrados, mutilados y estresados. Crecimiento rápido mediante piensos transgénicos de alto rendimiento, antibióticos y hormonas.
  • Grasas hidrogenadas y trans. La carne de ganadería industrializada tiene más grasa y menos proteína por el sedentarismo y el tipo de alimentación.
  • Escasez de frutas y verduras frescas y de temporada.

El actual (des)orden alimentario se debe a la mercantilización, industrialización y globalización de los alimentos. Las multinacionales controlan la oferta alimentaria, condicionan la regulación política de la producción y distribución de alimentos y modifican los hábitos de consumo de la población desplazando la dieta mediterránea. En España, más del 60% de la energía consumida por habitante procede de alimentos cargados de azúcar, sal y conservantes, a costa de reducir alimentos naturales, locales y de temporada. La malnutrición aumenta el riesgo de padecer enfermedades como sobrepeso, obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes, síndrome metabólico, cáncer, trastornos del aparato locomotor, inmunodeficiencias y alteraciones psicosociales.

Nutrientes de alta calidad y alimentación saludable
  • Abundancia de frutas y verduras ecológicas, de temporada y recién recolectadas.
  • Cereales integrales fermentados con levadura madre. La fermentación láctica predigiere las partes integrales, rompe la cadena larga de gluten y obtiene un pan más digestivo que cuida la flora intestinal.
  • Proteína vegetal de alto valor biológico con abundante fibra: legumbre combinada con cereales integrales y verdura.
  • Grasas de alta calidad procedentes de frutos secos, pescado azul, semillas y aceite de oliva virgen extra prensado en frío.
Alimentación de calidad y alimentación agroecológica son una y la misma cosa

La alimentación es un proceso cuyas etapas (producción, circulación y consumo) se engendran mutuamente. La producción agroecológica necesita del consumo responsable y viceversa. Ambos necesitan una distribución logística y transporte congruente con sus principios.

La Alimentación Agroecológica:

a) No emplea químicos que matan la vida del suelo, otras plantas y animales y lo contaminan todo

b) Respeta la fertilidad de la tierra y los organismos del suelo proporcionando más vitaminas y minerales en los alimentos

c) Potencia la biodiversidad de especies que garantizan el equilibrio ecológico y las cosechas

d) Ofrece alimentos de cercanía y en circuito corto, recién recolectados y plenos de vitalidad

e) Cierra el ciclo de la energía. El estiércol y los restos de cosecha se compostan para devolver la fertilidad a la tierra. Ganadería y agricultura se complementan

f) Trabajo digno que produce salud y no enfermedad. Precios justos para agricultores y asequibles para los consumidores

g) Igualdad entre mujeres y hombres en la producción de alimentos y en los cuidados

h) calidad, cantidad y vitalidad proporción, orden de la ingesta y combinación de los alimentos

i) hábitos saludables (ejercicio físico, higiene, descanso, afectos y buena gestión de las emociones).

 

La Alimentación Agroecológica es capaz de alimentar al mundo, revertir la huella ecológica y cerrar la brecha metabólica entre el campo y la ciudad. Sus condiciones de posibilidad son: economía circular, residuos cero, agroecología, consumo responsable, circuitos cortos de distribución y soberanía alimentaria.

 

Pilar Galindo

Fuentes:

Galindo, P y otros. Agroecologia y consumo responsable. Teoría y práctica. Ed. Kehaceres. Madrid 2006. 2616 Paginas.

La Garbancita Ecológica. Agroecología, realidad. No mito. Campaña Día Mundial de la Alimentación Agroecológica 2017.

Microbiótica. Una revolución para salvar la Tierra y el ser humano. Ediciones i. Madrid 2014. 386 Páginas.