Contra el envejecimiento y por la salud intestinal: ensalada multicolor de crudos ecológicos y de temporada
Escapemos de la afirmación “las ensaladas son para el verano”
Pongamos una ensalada de crudos ecológicos y de temporada en nuestra mesa durante todo el año
Contra el envejecimiento y por la salud intestinal: ensaladas multicolor de crudos ecológicos y de temporada. Cambia tu alimentación para que no cambie el clima.
Batalla contra el envejecimiento: ensaladas multicolor de crudos
Las ensaladas son mucho más que una triste combinación de lechuga y tomate regada con aceite de oliva. Las ensaladas son protagonistas en la dieta mediterránea.
Recogen entre sus ingredientes muchas hortalizas típicas de la huerta que, además, van cambiando en función de la temporada.
Escapemos de la afirmación “las ensaladas son para el verano” y reivindiquemos la presencia de ensaladas de crudos en nuestra mesa durante todo el año.
Las razones: su aporte nutritivo y su bajo aporte calórico.
Ensaladas de crudos, remedio natural frente al envejecimiento
Los alimentos crudos mantienen intactas sus vitaminas, sales minerales, fibra, oligoelementos y fitoquímicos.
Además, nos recuerdan la importancia de la masticación, que favorece la absorción de los nutrientes y facilita la digestión.
Todas nuestras células envejecen, en respuesta a nuestra condición biológica, a la exposición al oxígeno que respiramos y a los radicales libres. Sin embargo, hay remedios naturales que conviene conocer.
Las frutas y verduras crudas son ricas en antioxidantes que nos ayudan a retrasar el envejecimiento.
Además nos ayudan a evitar la aparición de enfermedades como la obesidad, el cáncer, el estreñimiento, la diabetes, cardiovasculares y degenerativas. Ahora bien, no todas las frutas y hortalizas son iguales.
A nuestra ensalada de crudos debemos incluir alimentos procedentes de cultivos agroecológicos.
Los alimentos ecológicos acumulan mayores valores antioxidantes y menos nitratos. También importa cuándo comemos nuestra ensalada de crudos.
La doctora Dolores Raigón en su “Manual de la Nutrición Ecológica”, nos dice:
“El mejor aprovechamiento nutricional de las hortalizas se produce cuando se consumen crudas al comienzo de las comidas principales.
El consumo de hortalizas crudas repercute en incrementar enzimas digestivas que facilitan la digestión de otros alimentos”.
Ensaladas de crudos, sugerente abanico de posibilidades
Reaprender con base en la sabiduría campesina y los ciclos de la huerta nos ayuda a combinar con acierto las diferentes frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos, en función del momento del año. Y todos ellos pueden formar parte de una ensalada.
En invierno, destacaremos las coles crudas, como repollo, brócoli y coliflor, entre los ingredientes de hoja dominantes de nuestras ensaladas.
En verano, recuperamos el tomate que, como solanácea, nos ofrece lo mejor de sí mismo aprovechando la luz y el calor del sol.
Paleta de colores
Y no olvidemos los colores. Una variada combinación de colores en las ensaladas no sólo hace más atractivo este plato, sino que aporta un mayor equilibrio en sus nutrientes esenciales.
Esta puede ser la paleta cromática de tu ensalada:
- Rojo de tomate, pimiento, frambuesa, sandía, cereza, pomelo rojo y granada.
- Naranja de zanahoria, calabaza, naranja y mandarina.
- Amarillo de pimiento, pomelo, manzana, pera, melón y limón.
- Verde de lechuga, brócoli, espinaca, acelga, apio, rúcula, guisantes, judías verdes y kiwi.
- Azul o morado de arándano, remolacha, lombarda, lechuga roja, cebolla morada, nabo morado, mora y uva.
- Blanco de coliflor, nabo, repollo, cebolla, espárrago, plátano, cebolla y ajo.
Los rojos, naranjas y amarillos nos aportan potentes antioxidantes como los carotenoides, entre los que encontramos el licopeno y la luteína.
Los verdes son ricos en clorofila y minerales como el magnesio. El azul o morado en los alimentos nos aporta antocianinas y compuestos fenólicos.
El azul también nos ayuda a combatir el estrés oxidativo y las enfermedades cardiovasculares. La potencia antioxidante de los alimentos y sus colores será mayor si son ecológicos.
En invierno también puedes trabajar la paleta de colores de tu ensalada.
Cabe algún rojo, casi todos los naranjas, gran parte de los amarillos, muchos de los verdes, algunos de los morados y parte de los blancos. Puedes convertirla en plato único añadiendo legumbre cocida y frutos secos.
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