Cereza: primavera en tu boca y salud de hierro

La cereza comienza su temporada en primavera, a principios de Mayo, y se extiende hasta verano, a mediados de Julio. Una fruta carnosa, jugosa y dulce que depura nuestro organismo y nos ayuda a mantener una salud de hierro en huesos, piel y corazón
La cereza es el fruto del cerezo, perteneciente a la familia de las rosáceas, del género Prunus, como el ciruelo, albaricoquero o melocotonero. Existen dos especies principales de cerezos: el Prunus avium, que da cerezas dulces y de color rojo oscuro, y el Prunus cerasus, que da cerezas ácidas y de color rojo vivo. Y un montón de variedades que se van escalonando desde la primavera al verano. Destacamos la picota, variedad autóctona del Valle del Jerte, en Extremadura. Se vende sin pedúnculo porque prácticamente cae del árbol por su propio peso cuando está madura
Un poco de historia
En el siglo I a.C. el cultivo de la cereza se limitaba a la zona del mar Negro y mar Caspio, en la colonia griega de Kerasus. Tras la invasión romana, el cultivo de esta fruta se llevó a Roma y desde allí se extendió por todo el imperio romano. Las migraciones humanas y las aves contribuyeron a la difusión de esta suculenta y dulce fruta por Europa. Kerasus fue renombrada como Cerasus en época del imperio, nombre latín que denominaría esta fruta en el futuro
Propiedades de las cerezas
1.– Fruta depurativa. La cereza es una de las frutas más indicadas para depurar el organismo y liberarlo de toxinas. La clave está en las antocianinas, pigmentos de color morado que pertenecen al grupo de las flavonoides, y contiene importantes propiedades antioxidantes. Este compuesto antioxidante combinado con su gran contenido en agua (casi el 80%) y su riqueza en potasio, mineral adecuado para solucionar la retención de líquidos, convierte la cereza en una fruta ideal para dietas depurativas.
2.– Rojo antioxidante. La antocianinas, pigmento responsable del llamativo color rojizo de las cerezas, poseen destacadas propiedades antioxidantes, como otros flavonoides, que neutralizan los efectos de los radicales libres, principales responsables de la aparición de enfermedades degenerativas como el Alzheimer y el cáncer. Además, ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares, protegiendo al corazón y mejorando la circulación.
3.- Antienvejecimiento. Este compuesto antioxidante, combinado con vitamina C y aminoácidos, cumple una importante acción en la prevención del envejecimiento de la piel, y la salud de las uñas y cabello. En este momento, es una excepcional fruta que nutre la piel y la prepara para el sol del verano.
4.– Complemento natural para las embarazadas. 30 cerezas aportan 50 microgramos de ácido fólico, que supone un 10% de las necesidades vitamínicas en los meses de embarazo. Combinando cerezas con naranja (ricas en vitamina C) triplica el aporte de ácido fólico y se convierte en una refrescante merienda con buena dosis de folatos.
5.- Fortalece nuestros huesos y llena los depósitos de hierro. Su contenido en minerales como hierro, calcio y zinc ayuda a combatir la osteoporosis o debilitamiento óseo y la anemia ferropénica (provocadas por carencia de hierro). Incluir cerezas en la dieta durante la temporada, se recomienda a mujeres en la etapa de la menopausia. Además, previene problemas vinculados con la formación de dientes y huesos, por lo que es una fruta ideal para niñas y niños.
6.- Antioxidantes para los músculos y contra el cáncer. Comer cerezas (y otros frutos rojos) antes y después de un intenso entrenamiento físico disminuye el daño oxidativo en los músculos y permite una rápida recuperación, gracias a las antocianinas.
7.- Potasio para la hipertensión. El consumo de diuréticos en el tratamiento de hipertensión arterial, provoca carencias de potasio a través de la orina, por eso es imprescindible incrementar la dosis diaria de este mineral, cuyo déficit podría provocar debilidad, taquicardia, sed y falta de apetito.
8.- Bajo nivel glucémico. Su sabor dulce convertía a las cerezas en fruta desaconsejada para personas con diabetes. Sin embargo, recientes estudios han concluido que una ración de 100 gramos (unas 20 cerezas) aportan al organismo sólo 10 gramos de azúcares, cantidad similar a la de otras frutas «permitidas» a personas diabéticas como manzana, pero, nectarina o kiwi. Además, los componentes antioxidantes presentes en las cerezas cumplen un papel protector de la vista que no puede faltar en la dieta de los diabéticos, siempre en raciones adecuadas.
Cerezas en nuestra mesa
Las cerezas, mejor frescas y al natural, aunque hay quien innova incluyéndolas como ingredientes en ensaladas, zumos, compotas o granizados. Su sabor dulce, con llamativo color rojo y jugo sabroso, convierten la cereza en una fruta muy indicada para los más pequeños de la casa. ¿Compartes con nosotras alguna receta con cerezas como ingrediente?
Si quieres conocer de cerca los cerezos y el trabajo de campo que se realiza en primavera en «Finca dos castaños», comarca de la Vera, de donde vienen las cerezas de La Garbancita:
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