El arcoiris de la buena alimentación

La buena escuela nutricionista reco­mienda combinar en las comidas cuan­to más colores mejor. Frutas y verduras de colores diversos aportan variedad de nutrientes. Cada color indica una composición distinta de los fitoquími­cos presentes y de los micronutrientes con poder antioxidante capaces de for­talecer el sistema inmune y frenar las enfermedades.

La adaptación natural de cada especie vegetal ha desarrollado protectores específicos contra infecciones por hongos, virus y bacterias que nos trasladan cuan­do nos los comemos, pero, en los cultivos industriales, estas defen­sas se debilitan o desaparecen.

Rojo

Frutas: pomelo, cereza, fresa, frambuesa, granada y manzana, cirue­la y uva roja. Hortalizas: tomate, san­día y pimiento rojo.
Abundantes en licopeno y antociani­nas. Refuerzan la memoria y protegen de quemaduras del sol, previenen el cáncer de aparato digestivo y próstata y otras enfermedades de las vías urinarias y cardiovasculares.

Naranja y amarillo

Frutas: albaricoque, melocotón, níspe­ro, piña, papaya, limón, naranja, manda­rina. Hortalizas: maíz, melón, zanahoria, batata y calabaza.
Ricos en carotenoides, flavonoi­des, vitamina C, potasio y ácido fólico. Los primeros son los precursores de la vitamina A que participa en la síntesis hormonal, en la diferenciación y creci­miento celular y en la respuesta inmune. Ayudan a mantener la vista. Fortalecen corazón y sistema inmune.

Evitan las le­siones en la piel. Los flavonoides com­plementan a los carotenoides por sus propiedades antivíricas, antiinflamato­rias, antihistamínicas y antioxidantes. La vitamina C nos ayuda a mantener las defensas. La combinación de carotenoi­des, flavonoides y vitamina C constituye una protección natural frente al cáncer, en particular el de pulmón.

Verde

Frutas: aguacate, kiwi, uva verde, manzana verde. Hortalizas: acelga, espinaca, alcachofa, brécol, guisan­tes, calabacín, col, espárrago verde, lechuga, achicoria, berros, rúcula, co­lirrábano, apio.

Ricos en clorofila, luteína, zeaxanti­na, glucosinolatos, relacionados con la reducción de algunos tipos de cáncer del pulmón, estómago, colon y recto. Las hojas verdes tienen hierro, ácido fólico, vitamina C y nutrientes que fortalecen ojos, huesos, dientes, sistema cardio­vascular y sistema inmune. Si el color es verde claro combinado con amarillo le añaden carotenoides. Si al color verde se añade un cierto sabor amargo, aumenta su poder antioxidante.

Azules y violetas

Frutas: arándano, zarzamora, ciruela, higo y uva negra. Hortalizas: berenjena, lombarda, rabanito, remolacha.
Aumentan la proporción de antioxi­dantes, especialmente antocianinas y compuestos fenólicos presentes tam­bién en los vegetales rojos. Ayudan a combatir: envejecimiento, algunos ti­pos de cáncer, arterioesclerosis e infla­maciones. Mantienen la salud del tracto urinario y preservan la memoria.

Blanco (Integración de todos los colores)

Frutas: chirimoya, plátano, melón (parte blanca) y pera. Hortalizas: cebo­lla, cebollino, cebolleta, puerro, ajo, co­liflor, endibia, nabo y champiñón.
Ricos en alicina –potente antioxi­dante- y potasio. Ayudan a disminuir los niveles de colesterol en sangre y la pre­sión arterial. Previenen las enfermeda­des cardiovasculares y la diabetes tipo II asociada a envejecimiento y obesidad. Protegen frente a algunos tipos de cán­cer (estómago y colon).

Incorpora el arcoiris vegetal a tu dieta

La combinación de distintos colores hace más apetecible un plato y es más divertido de preparar y comer. No hace falta incluir todos los colores en cada co­mida. Lo importante es que, durante la semana, comamos frutas y verduras de color rojo, amarillo-naranja, verde, vio­leta y blanco. Para aprovechar todo su potencial es mejor consumirlas recién recolectadas y crudas o -en su defecto- cocinadas a poca temperatura (por de­bajo de 70º) y durante el menor tiempo posible.

El verano es la mejor temporada por la abundancia y diversidad de frutas, mientras que en invierno disponemos de más ver­duras y hortalizas, vegetales que nos brindan la naturaleza y el trabajo de l@s agricultor@s.
Haz una lista de frutas y hortalizas de temporada que contenga rojo, naranja, amarillo, verde, violeta y blanco para or­ganizar los menús de la semana. Observa los colores que tienes y los que faltan.

Cuando las circunstancias nos lo permitan, ven a “La Garbancita” con l@s niñ@s para que te ayuden a reconocer y seleccionar frutas y hortalizas por sus colores. Se sienten útiles, se divierten y aprenden el significado de su cromatis­mo. Evita las bandejas plastificadas. Tus sentidos notarán la diferencia en sabor y olor. Tu cuerpo, en salud. En casa, que observen y clasifiquen alimentos frescos por sus colores. Prepara la comida con l@s niñ@s, sobre todo, las inagotables ensaladas. Si participan, ten­drán más ganas de comerlo. Cuéntanos qué tal ha ido la experiencia…

Pilar Galindo

Actualizado, año 2020

Publicado inicialmente en octubre 2014

Otros artículos relacionados

La verdura de temporada

Frutas, verduras y hortalizas. Sí, pero de temporada

Comedores escolares

Naranjas y mandarinas ecológicas en Trabenco

Obesidad infantil

Obesidad infantil, instituciones y participación social

guia de alimentacion-de-verano-ecologica

La alimentación en verano