Achicoria amarga

Planta de la achicoria, tallos y hojas

La achicoria amarga o diente de león (Taraxacum officinale) es nuestra protagonista de la semana. Su nombre procede del griego: «taraxos» que significa enfermedad y «akos» que significa remedio, es decir «remedio de las enfermedades». Es una planta con potentes propiedades curativas. Hojas y flores se utilizan como alimento y su raíz -con propiedades diuréticas, aperitivas, laxantes y depurativas- como remedio natural

En la medicina tradicional China, combinado con otras hierbas, se utiliza para reforzar el sistema inmunológico frente a las infecciones del tracto respiratorio superior, bronquitis o neumonía. En Europa, raíz y hoja de la achicoria se usaban para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales. Las tribus nativas americanas lo utilizaban contra acidez y otros malestares estomacales. En la medicina tradicional árabe se empleaba para combatir enfermedades de hígado y bazo.

Pertenece a la familia de las Asteráceas/compuestas. Hierba perenne, originaria del hemisferio norte, se encuentra en forma silvestre en las praderas de clima templado.

Propiedades de la achicoria amarga

Alimento beneficioso para remediar la anemia. Fortalece la sangre, aumentando la producción de glóbulos rojos, eliminando el ácido úrico y regulando la tensión arterial.

Recomendado para personas con diabetes, porque su raíz contiene azúcares de fácil absorción, que variarán con la época del año: en primavera contiene levulosa y en otoño ésta se cambia por la inulina.

El amargor de la achicoria nos indica que posee propiedades beneficiosas para hígado y vesícula. Los responsables de este sabor característico son los alcaloides como la taraxicina y principios amargos como la cumarina. Se emplea para remediar afecciones hepáticas y depurar el organismo de sustancias toxicas. Un hígado sano ayuda a mantener sana la piel y a aliviar los efectos de enfermedades como eczemas, psoriasis, dermatitis, etc. Para tratar las zonas afectadas se recomienda aplicar compresas empapadas en infusión de flor de diente de león.

El apodo francés de esta planta “pissenlit” -”orina en la cama”- nos desvela otra de sus valiosas propiedades: remedio de infecciones urinarias y cálculos en los riñones. Además, el diente de león es mejor que otros diuréticos porque no disminuye el potasio en el cuerpo.

Por último, la achicoria es un laxante suave y estimula el apetito, utilizándose para aliviar el estreñimiento y la inapetencia.

 
¿Cómo usarla?

 Cruda, para mezclar en ensaladas, aportando un toque amargo muy interesante y como ingrediente de caldos depurativos, o bien en tortillas.

Como sustituto del café, elaborado con las raíces del diente de león/achicoria, tostadas y molidas. La raíz es rica en ácido cafeico, sustituto de la cafeína y exento de los inconvenientes de la misma. De consumo habitual en la posguerra española con el racionamiento de alimentos. Posteriormente, su uso prácticamente desapareció, a pesar de los enormes beneficios nutricionales y digestivos.

En infusión depurativa con hojas de diente de león/achicoria amarga: para eliminar toxinas y como protector de hígado y riñones. 10 gramos de hojas por taza de agua. Hervir, colar y tomar tres dosis al día, después de las comidas.

En infusión colerética con la raíz: ayuda a la disolución de las piedras de la vesícula: 20 gramos de raíz y 20 gramos de raíz de perejil, con un poco de melisa. Hervir una cucharada sopera de la mezcla por taza y tomar cada dos o tres horas a pequeños sorbos.

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