Zanahoria morada

zanahorias moradas

Los primeros vestigios del uso de las zanahorias son de hace 3.000 años en oriente medio y eran moradas por fuera y blan­quecinas en su interior, aunque algunos apuntan a que su origen está en la actual Afganistán

Sabemos que la zanahoria se cultivaba en Europa por sus hojas y sus propiedades aromáticas. Años más tarde, los árabes comenza­ron a difundir esta hortaliza por medio mundo, incluida la Penín­sula Ibérica, y fueron aparecien­do nuevas tonalidades más oscu­ras, algunas casi negras, y otras más claras, como las amarillas o blancas, pero ninguna naranja como las que conocemos en la actualidad y a ellos se atribuye el consumo de la raíz.

Es una planta bienal que forma una roseta de hojas en primavera y verano mientras va desarrollando una raíz principal gruesa que almacenará gran cantidad de azúcar para permitir a la planta florecer al año siguiente. El tallo de la flor puede crecer hasta 10 cm. y forma como un paraguas de flores blancas. Se recolecta entre noviembre y marzo.

¿Sabias que…?

El color naranja llegaría en el siglo XVII, gracias al interés de los holandeses en que una hor­taliza tuviera el color nacional de la casa real de Orange. Para ello, cruzaron e injertaron dife­rentes variedades hasta que die­ron con su color. A partir de ese momento, la zanahoria naranja y sus semillas se impusieron en el mercado agrícola hasta conse­guir un auténtico monopolio que hizo olvidar las originales hasta nuestros días.

El color no afecta al sabor, aunque impresiona sentir la “incoherencia” de comer una zanahoria que no sea naranja. Ambas tienen un sabor ligeramente dul­ce, delicadas  notas herbáceas e incluso minerales y, en crudo, una textura crujien­te que con la cocción se va suavizando. Se usan en recetas de todo tipo, ensaladas, cremas, dulces o como complemento de arroces, guisos, cocidos.

Las variedades más amarillas son típi­cas de Asia y en el norte de Europa se se­leccionó el color naranja. Las variedades moradas se continuaron cultivando hasta ser consideradas comida de pobres y de animales.

Propiedades de la zanahoria morada

Es una poderosa fuente de vitaminas, minerales, hidratos de carbono y antioxi­dantes como fósforo, magnesio, potasio, hierro, zinc, vitamina A, E y del grupo B: folatos y vitamina B3, niacina o betacaro­tenos.

Este cóctel nutricional se traduce en una mejora en el sistema inmunológico, circulatorio y nervioso. Es antioxidante, por lo que previene de un envejecimiento prematuro, buena para la vista, por la vi­tamina A que previene la ceguera infantil, mantiene en perfecto estado nuestra reti­na gracias a los betacarotenos.

La zanahoria de cualquier color es un alimento básico que no debe faltar en ninguna dieta gracias a su contenido en vitaminas y minerales. El agua es el com­ponente más abundante, seguido de los hidratos de carbono con un contenido su­perior a otras hortalizas por ser reservorio de energía para la floración de la planta al año siguiente.

El aporte en minerales lo hace en for­ma de potasio, fósforo, magnesio, yodo y calcio. Las zanahorias moradas poseen una clase diferente de pigmentos -las an­tocianinas -que actúan como poderosos antioxidantes.

A diferencia de la mayor parte de las verduras, es más nutritiva cuando se come cocida porque tiene paredes ce­lulares firmes y el organismo sólo pue­de convertir el 25% de la vitamina A. Al cocerla, estas paredes se rompen permi­tiendo al organismo convertir más del 50% a vitamina A. Los platos cocinados con esta ‘rara’ zanahoria se tiñen como si usamos remolacha, sin aportar el sabor terroso.

La zanahoria morada se recupera del olvido. Hoy encontramos zanahorias mo­radas en Mallorca, Valencia, Cataluña, Málaga y Segovia en cultivos ecológicos de campesinos que no querían perderla, a pesar de su menor beneficio al no ser tan apreciada como la de color naranja.

El valor cultural de los nombres

La Daucus carota, llamada popularmente zanahoria, es una hortaliza que pertenece a la familia de las umbelíferas o apiáceas. Está considerada la especie más importante y de mayor consumo dentro de esta familia. Su nombre castellano proviene del árabe hispánico safunnárya. En latín es pastināca, en catalán y valenciano pastanaga, aunque a la variedad morada se la conoce como Safarnària; en castellano llamamos pastinaca a la planta de la chirivía.

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